jueves, 30 de octubre de 2008

No me doy por vencido

Porque me encanta esta canción. Así, cuando entre en mi blog, podré oirla.
Ya sé que ni a Aída, ni a Víctor, ni... Ya sé que a casi nadie le gusta este tipo de música pero es que a mí, me hace enamorarme cada vez que la escucho.
Bueno pues... ¡Va por ti, Laura! Que, aunque desconozcamos qué me dan los sudamericanos que me encantan, sé que a ti también te ha gustado mucho la canción. ¡Ah! Y por Miri. Y por mi padre. Y... ¡por mí! Que pa' eso es mi blog.
¡Por cierto! Mi cumple está a la vuelta de la esquina... ¡Ajám, ajám! Si alguien quiere regalarme el cd, no le voy a hacer el desprecio de no cogerlo, sabéis...
(Al final me veo con 7 cd's de lo último de Luis Fonsi. El regalo estrella, verás...)



Me quedo callado
Soy como un niño dormido
Que puede despertarse
Con apenas sólo un ruido
Cuando menos te lo esperas
Cuando menos lo imagino
Sé que un día no me aguanto y voy y te miro

Y te lo digo a los gritos
Y te ríes y me tomas por un loco atrevido
Pues no sabes cuanto tiempo en mis sueños has vivido

Ni sospechas cuando te nombré

Yo, yo no me doy por vencido
Yo quiero un mundo contigo
Juro que vale la pena esperar y esperar y esperar un suspiro
Una señal del destino
No me canso, no me rindo, no me doy por vencido


Tengo una flor de bolsillo,
Marchita de buscar a una mujer que me quiera
Y reciba su perfume hasta traer la primavera

Y me enseñe lo que no aprendí de la vida
Que brilla más cada día,
Porque estoy tan sólo a un paso de ganarme la alegría
Porque el corazón levanta una tormenta enfurecida
Desde aquel momento en que te ví…

Yo, yo no me doy por vencido
Yo quiero un mundo contigo
Juro que vale la pena esperar, y esperar y esperar un suspiro
Una señal del destino
No me canso, no me rindo, no me doy por vencido

Este silencio esconde demasiadas palabras
No me detengo, pase lo que pase seguiré

Yo, yo no me doy por vencido
Yo quiero un mundo contigo
Juro que vale la pena esperar, y esperar y esperar un suspiro
Una señal del destino
No me canso, no me rindo, no me doy por vencido

domingo, 26 de octubre de 2008

El sexto sentido 650 mg resumidos

Lea este prólogo detenidamente porque puede contener información importante para usted.

Esta entrada puede obtenerse sin contraseña para el tratamiento de afecciones menores y sin la intervención de un psicólogo. No obstante, debe usted utilizar con cuidado El sexto sentido 650 mg resumidos para obtener los mejores resultados. Conserve este prólogo; puede tener que volver a leerlo. Si necesita información adicional, consulte con su autor.

En este prólogo se explica:

  1. Qué es El sexto sentido 650 mg resumidos y para qué se utiliza
  2. Antes de leer El sexto sentido 650 mg resumidos
  3. Cómo leer El sexto sentido 650 mg resumidos
  4. Posibles efectos adversos
  5. Conservación de El sexto sentido 650 mg resumidos

1. QUÉ ES EL SEXTO SENTIDO 650 mg RESUMIDOS Y PARA QUÉ SE UTILIZA

El sexto sentido 650 mg se presenta en forma resumida para su administración visual. El sexto sentido 650 mg resumidos pertenece al grupo de entradas etiquetadas películas y argumentos. El sexto sentido 650 mg resumidos está indicado para el tratamiento sintomático del destripe de finales chulos por cualquier causa de intensidad de grado leve, moderado o grave.

2. ANTES DE LEER EL SEXTO SENTIDO 650 mg RESUMIDOS

No lea El sexto sentido 650 mg resumidos:

- Si ha experimentado una reacción alérgica a mis entradas anteriores (el compuesto es el mismo).

- Si no ha visto la película.

Tenga especial cuidado con El sexto sentido 650 mg resumidos:

No leer más veces de las recomendadas.

En lectores que tienen problemas con el acohol. Podrían volverse alcohólicos crónicos.

3. CÓMO LEER EL SEXTO SENTIDO 650 mg RESUMIDOS

Siga estas instrucciones a menos que Dios le haya dado otras indicaciones distintas:

- Recuerde dejar su comentario.

- Recuerde hacer buen uso de los signos de puntuación (para eso están).

4. POSIBLES EFECTOS ADVERSOS

Que se le joda la película. Absténgase de leer esta entrada si no la ha visto y tiene ganas o intención de hacerlo.

5. CONSERVACIÓN DE EL SEXTO SENTIDO 650 mg RESUMIDOS

Conservar en lugar fresco y seco; preferiblemente un ordenador. Mantener fuera del alcance de los que no hayan visto el film.

EL SEXTO SENTIDO 650 mg RESUMIDOS

  • Aída, deja de contarme la película de Brad Pitt porque me la vas a joder y la quiero ver...
  • ¡Ah! Vale. Pues ya me callo.
  • Es que, te estoy viendo y me vas a hacer lo que hicieron los graciosillos de mi clase cuando se estrenó "El sexto sentido".
  • ¿El qué?
  • Pues primero te preguntaban si la habías visto y, si decías que no, te decían: ¡Bruce Willis está muerto!
  • ¡Ah! ¡¿Bruce Willis está muerto?! ¡No lo sabía!
  • ¿¿¿Es que no la has visto???
  • ¡¡¡Noooo!!!

P.D.: Aída, lo siento mucho... Ja,ja,ja. Si quieres, te dejo que me jodas tú a mí la de "Quemar después de leer".



lunes, 20 de octubre de 2008

Cueste lo que cueste

Hoy, después de mucho tiempo, he vuelto a sentirme María... Por fin me ha sucedido algo que me ha recordado quién soy. Seguramente, cuando acabe de contar la historia no lleguéis a entender porqué estoy tan orgullosa de volver a ser yo pero la verdad es que me echaba de menos; a mí y a mis despistes, esos que tanto me ayudan y me inspiran para escribir...
Como cada tarde, he ido al instituto a dar mis clases de matemáticas. He salido de casa a las 18:40 porque, en teoría, tenía clase a las 19:10. Me he montado en el bus y lo he hecho con estilo pese a llevar, por primera vez en la historia de mi vida escolar (y es mucha), tacones. Bueno, no eran tacones propiamente dicho... Eran unos zapatos altos de cuña. Tal vez a los chicos os cueste imaginároslos pero, no puedo ser más descriptiva. ¡Bueno, sí! Eran marrones...
El caso es que los zapatos de tacón me encantan pero soy demasiado comodona para llevarlos y, cuando tengo que ponérmelos, a los dos minutos estoy andando descalza esté donde esté. Por eso he tomado la firme determinación de llevarlos cada día un poquito; para acostumbrarme. Al fin y al cabo, lo que ando de la parada del bus hasta el instituto no es mucho... Y luego paso la mayor parte del tiempo sentada en una silla... Consideré (tras pensármelo mucho (yo pienso en muchas cosas inútiles)) que sería lo mejor.
En el camino me encontré a una compañera. ¡No! (pensé al principio). ¡Ella es alta! Cuando bajemos del autobús seguro que anda deprisa y yo; yo, (la mujer bajita que normalmente va a paso de tortuga y que hoy especialmente irá así), no podré ir a su ritmo... Pero por fortuna, caminaba despacito. ¡Bien! ¡Como yo! Ahora sólo tenía que mantener una conversación coherente mientras iba mirando al suelo (sin que resultara muy descarado) para ir evitando las juntas de las losas y, con ellas, una posible torcedura de tobillo... He de añadir que, para colmo, eran de esas losas que tienen... pequeños y múltiples rectangulitos sobresaliendo constantemente (por lo que las posibilidades de que me la pegara aumentaban considerablemente...) ¿Por qué no harán las aceras del mismo material que el carril para bicis? Lisito, planito, homogéneo... ¿¡Es que no saben que las mujeres llevamos tacones de vez en cuando!? ¡Por el amor de Dios!
En fin, después de todo me concentré, mantuve una conversación de lo más agradable y además salí ilesa (prácticamente nadie notó mis vaivenes cada vez que pisaba con la fina cuña entre la parte más alta y la más baja de la losa)...
De 20:00 a 20:15 es el recreo/descanso así que quedé con esta chica que iría con ella y su grupo al parque después de la clase de las 19:10 y, allí, haríamos tiempo para la clase de las 21:05 (ninguno de nosotros teníamos clase en la hora que pilla en medio...). A decir verdad, me resultó curioso y extraño no haber coincidido con ellos ningún otro martes... Aunque no vayamos a la misma clase, si hoy hemos ido juntas en el autobús, ¿por qué no las semanas anteriores? Quizás cuando la una fue, la otra faltó... (y, cuando digo "la otra faltó", aunque lo digo como si las probabilidades estuviesen repartidas entre las dos a un 50%, estoy básicamente hablando de mí)... Tal vez las primeras semanas no me fijé en ella; la he conocido hace poco... No sé, pensé. A lo mejor ella tiene coche y pocas veces coge el tranporte público... Había tantas explicaciones posibles que lo dejé todo en un... no sé.
Por fin llegó la hora y cada una nos fuimos a nuestras respectivas jaulas, digo... aulas. Entro en ella, digo hola a todos los que llevaban allí toda la tarde y me dirijo a mi sitio. Acto seguido, ya enfrente de mi mesa, dejo sobre ella mi libro de lectura, mi cuaderno de matemáticas, mi botella de agua y pongo mi bolso en el radiador; justo a mi lado. (Dicho esto, me pregunto para qué narices llevo un bolso...). Me siento. Saco mi boli (eso sí, del bolso) y veo entrar a un profesor que, sin duda, no era el de matemáticas... ¡Oh! ¡No! Ha faltado y este señor viene a sustituirle... Pero, ¿de qué da clase este hombre? y, ¿por qué lleva en la mano un tubo enorme del que está sacando mapas geográficos? Miro el libro que lleva bajo el brazo y veo que también es de geografía y para el curso de segundo de bachillerato. Entonces, ato cabos rápidamente (yo veo una colilla y pienso... aquí han fumado, ¿sabéis? Yo para eso... soy muy rápida). Me doy la vuelta y le pregunto a la chica de atrás: ¿es que os toca geografía? Sí, me responde. Me pongo en pie, cojo el bolso, guardo el boli, cojo el cuaderno de mate y el libro de lectura. Meto la silla con el pie rápidamente bajo la mesa para dejarla en su sitio y me voy mientras añado: ¡perdón! Me he equivocado de clase...
Salgo corriendo (con mis zapatitos) y, mientras me dirijo al aula en la que imparten las matemáticas de 1º.; en la otra punta del instituto, voy pensando: ¡joder, María! Has mirado mal el horario. Primero te tocan las de 1º. y, a las 21:05, las de 2º. ... Vale, no pasa nada. Tranquila. Ve para allá y ya está. Llego al aula 115; donde me correspondía. No hay nadie. ¿Llegan tarde? Pero si ya llego tarde yo... Saco el horario, lo miro y ¡efectivamente! ¡Hoy martes me toca a las 19:10 mate de 2º.! ¿Pero qué coño está...? ¡María! Hoy ponen C.S.I., ¿recuerdas? ¡Es lunes! Con las mismas, me encierro en la clase, suelto los bártulos y empiezo a gritar hacia dentro (lo que implica poner cara de pirada mientras te tiras de los pelos). Los lunes tengo clase de mate de 1º. a las 18:20 y mate de 2º. a las 20:15... Conclusión: he faltado a una de las clases y para la otra me toca esperar una hora de reloj...
Más tranquila salí del aula y asumí que ahí estaba yo. Me quedé embobada mirando un plano plastificado del instituto que había colgado en la pared del pasillo. En él aparecía un círculo rojo y, junto a él, una frase que decía: usted está aquí. Es irónico, ¿verdad? Ahí estaba yo... Ya podía ser el mapa del parque que hay al lado de mi casa. Yo sería un círculo rojo y feliz que estaría acompañado de otros tres círculos más que serían mis perros... O el plano de mi desastrosa habitación. Aparecería un círculo rojo en compañía de otros dos que serían mis amigas Barbra y Celine. Si hubiera visto bien mi horario, podría estar ocupando mi tiempo cantando con ellas en un... trieto la maravillosísima "Tell Him"...

viernes, 10 de octubre de 2008

Con la fuerza de mi corazón

Ésta es una canción interpretada por mi hermano Joaquín y... por mí. Aunque aún no me puedo creer que haya conseguido colgar un audio en mi blog, lo cierto es que lo he hecho así que, después de lo que me ha costado, sólo puedo esperar que os guste. Es más, sólo tenéis que mirar la fecha y la hora en que dice que fue publicado... Llevo desde entonces intentándolo. :) (Hoy es 14 de octubre).




miércoles, 8 de octubre de 2008

El sueño de una noche de verano (y de cualquier otra época del año).

Esto es un reclamo a todos mis yanolectores...
Quiero que lo leáis con tono solemne y redicho. (mmm... por favor).

Imaginadme en el escenario de un antiguo teatro. (Ya tendríais que haber empezado en plan majestuoso, eh...) Es tan antiguo que hasta yo parezco salida del siglo XVII por mi indumentaria. Llevo unas calzas blancas tan largas como mis piernas (o sea, no muy largas) y sobre ellas, desde la cintura hasta las rodillas (cubriendo toda la zona), unos bombachos o bullones ampulosos y acuchillados adornados con galones que dejan entrever el suave forro de seda que mi piel rozaría de no ser por las susodichas calzas... No me olvido de describir mis domados zapatos negros de punta roma y ancha que en tantos caminos me acompañaron. Ni tampoco de mencionar mi sombrero de pico y plumas confeccionado con la misma tela rayada de colores pasionales y puros (como son el rojo; color de la sangre y el amor y el blanco; principal representante de la castidad y el honor) que utilicé también para mi herreruelo (capacortaysincapucha).

(No os olvidéis del tonito solemne y redicho...).

Estoy prácticamente arrodillada en el proscenio (tablas, tablado, plató, decorado, eh... ¡escenario!) pero aún me queda una pierna que se niega a doblegarse; que se mantiene en un ángulo de 90 grados para servir de apoyo al brazo con cuya mano me toco el corazón mientras me dirijo desesperadamente a vosotros; mis lectores. Que, estrujados todos en un balcón, observáis desde las alturas cómo os imploro vuestra presencia en éste, mi mundo. Alzo el brazo sin separar el otro de mi órgano más vital (aunque todos mis órganos sean para mí vitales), para dirijirme a todos y cada uno de vosotros; individualmente, afligida por la pena y la desolación. Sé que hay damas y caballeros que me visitan con sigilo cuando creen que estoy sumida en mis sueños más profundos para evitar dejar su rastro en mis tierras cibernéticas pero, os hablo a todos aquellos que con valor (y anteriormente con frecuencia), me hacíais saber que aún teníais un hueco para mí en vuestros tiempos de asueto (descanso,olganza,inactividad,desocupación,recreo,eh...¡ocio!).
A ti, Víctor. Mi más fiel seguidor. ¿Acaso habéis dejado de ser un fiel seguidor? ¿Acaso aún seguís en Valladolid? ¿Acaso en Valladolid no hay internet? Vos sois quien más objetivamente realizáis críticas sobre mis escritos sin conocerme en persona. Os ruego que hagáis un cese temporal de vuestro habitual acto de hacer y deshacer maletas y me dediquéis unos minutos para que pueda ser consciente de que vuestra ausencia sólo es en apariencia.
O vos, Eva. Mi particular francesita iluminada con doble identidad que además es una de mis mejores amigas en el largo y escabroso camino de la vida. Creo saber que estais absorvida por vuestro joven, rico, atractivo (y seguramente encantador) enamorado pero, ¿qué va a ser de mí sin tus anotaciones o comentarios (más vulgarmente conocidos como exégesis, greguerías, disquisiciones, paráfrasis o interpretaciones) en mis pergaminos? Si yo tuviese un compañero para el amor como el tuyo tampoco necesitaría de vuestras palabras para sentirme completa pero suplico compasión y solidaridad por vuestra parte.
A ti también, Laura. Sangre de mi sangre (bueno, casi. Compañera/esposa de mi primo hermano desde que Dios me arrebató el privilegio de tener uso de razón). Vos sois quien me ayudáis en las noches más frías y me recordáis que... el uso de razón está sobrevalorado. Sois la dama que me arropa con sus cálidas palabras de consuelo cuando creo que todo está perdido y la que más me ayuda a recuperarme cuando ambas descubrimos que yo estaba en lo cierto cuando decía que todo estaba perdido.
No puedo olvidarme de Lady Mountain. Esa ferviente admiradora que me hace quedarme hasta altas e intempestivas horas de la madrugada para que le recite alguna de mis entradas ayudándole así a despreocuparse del echo de que no tiene, ni tendrá nunca, internet.

Por si mi angustia se extiendiera con rapidez por todo mi ser, a todos vosotros os mando mis mejores deseos. Por ello, os recomiendo también que descendais ya del balcón porque no sé cuánto tiempo más podrá soportar vuestro peso después de siglos de termitas y humedades.
No quisiera que el telón se cerrase sin antes añadir que, si cuando vengáis a mí decubrís que mi cuerpo yace en el suelo es porque, sin ningún género de dudas, habré decidido terminar con mi vida ingiriendo una cantidad desmesurada de cianuro; veneno recomendado por todos mis compañeros de reparto (que con frecuencia hacen uso de él para poner fin a sus desventuras). Ha resultado ser muy potente y eficaz. Dicho líquido aparentemente inofensivo estaba contenido en el frasco de cirstal que hayaréis vacío junto a mí. Pero si esto sucede, no sufráis; no lloréis. En el poyete que hay detrás de mí, he dejado preparados unos cuantos frascos más como el mío.

FIN

martes, 7 de octubre de 2008

Otras Frases Célebres

¡Yo tengo mis principios! Y, si a usted no le gustan, tengo otros...
He pasado una noche estupenda. Pero no ha sido ésta...
Debo confesar que nací a una edad muy temprana.
Es mejor estar callado y parecer tonto, que hablar y despejar las dudas definitivamente.
¿Que por qué estaba yo con esa mujer? Porque me recuerda a ti. De hecho me recuerda a ti más que tú.
El secreto del éxito es la honestidad. Si puedes evitarla, está asegurado.
Detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer y, detrás de ella, está su esposa...
El matrimonio es la principal causa del divorcio.
Disculpen si les llamo caballeros pero es que no les conozco muy bien...
No piense mal de mí, señorita. Mi interés por usted es puramente sexual.
¿Quiere usted casarse conmigo? ¿Es usted rica? Conteste primero a la segunda pregunta.
Hijo mío, la felicidad está hecha de pequeñas cosas: un pequeño yate, una pequeña mansión, una pequeña fortuna...
He disfrutado mucho con esta obra de teatro. Especialmente con el descanso.
Grucho Marx.

Hay dos cosas infinitas: el Universo y la estupidez humana. Y del Universo no estoy seguro.
Albert Einstein.

La ira es más útil que la desesperación. ¿Groucho Marx? ¿Albert Einstein? No. Guionista de Terminator 3. (Pero me encanta).

sábado, 4 de octubre de 2008

Mi teshooro...

Hoy él estuvo reflexionando.
A nadie le interesa tu opinión; nadie quiere oir lo que tienes que decir. Para esto has quedado; para el arrastre... No eres especial; has nacido para vivir en la mediocridad. Jamás serás especial; sólo eres uno más. Vuelve al mundo real y compárate con los que sí nacieron con estrella y no estrellados; descubrirás que eres del montón. Puede parecer que soy como todos los hombres pero, no se equivoquen; soy como todos los hombres. Hoy he tenido un atisbo de lucidez y he sido consciente de la verdad. Por eso prefiero ser un ignorante y ser feliz.
Pero seguramente no pueda vivir en la ignorancia. Si lo he pensado hoy, lo pensaré siempre que quiera. Jamás podré ser feliz siendo un iluso porque no soy ningún iluso. Estoy en medio del camino. Sabiendo lo que sé de mí tengo dos opciones. Puedo seguir adelante y convertirme en alguien de quien esté orgulloso o puedo caminar hacia atrás y estancarme en la idea de que soy patético. Nunca aceptaré esa idea así que, me limiaría a estancarme en ella. Estaré en el peor extremo del camino sufriendo por ser tan consciente de mi realidad.
Estas palabras son muy duras. No te las digas a ti mismo. Ya hay personas que se encargarán de recordártelo. No les des ventaja. Pero nadie puede oirme; sólo lo estoy pensando. Sí; yo te oigo y me haces daño. El mundo está loco; no se da cuenta de que eres especial. Tú no conoces a todo el mundo; por eso de momento nadie lo ve. Hay muy pocos como tú. Las probabilidades de encontraros son muy pocas. Mira a tu alrededor y piensa en quiénes son los que no te consideran especial. Tal vez sea lo mejor. Si fueses especial para determinadas personas, lo más seguro es que prefirieses que te arrancasen la piel a tiras.
Siempre habrá alguien que, hagas lo que hagas; decidas lo que decidas, te considere especial. El truco está en encajar. En encontrar a ese alguien. Todos somos normales. O nadie es normal. ¿Quién define la palabra normal para poder describir con ella a una persona?
Por cierto, no vuelvas a reflexionar. Nos harás un favor a ambos.

Fdo.: Gólum.