jueves, 8 de enero de 2009

Eternamente joven

El otro día, recogiendo los papeles de regalo que solemos arrugar después de desenvolver la mercancía, me di cuenta de algo que no me gustó nada y por ello intenté darle una explicación lógica que me dejara tranquila pero hoy, después de hablar con una amiga, lo confirmo y empiezo a asumir la cruda realidad; estoy envejeciendo. Sí, ya sé que cada segundo que pasa todos envejecemos pero me refiero al hecho de notar que te haces mayor y no puedes evitarlo...
Veréis, según iban abriendo regalos y dejando el papel que los cubría sobre la mesa, yo los iba cogiendo y los iba metiendo dentro de una bolsa, aplastándolos, para tirarlos después y que no se acumulara la basura.
¡Por Dios! ¿¿Desde cuándo hago yo esas cosas?? Eso lo ha hecho toda la vida mi maire. Ella es quien recogía los papeles, nos perseguía durante una semana para que nos subiésemos los regalos a los que no les habíamos hecho mucho caso y la que nos regañaba por dejar el celo y las tijeras fuera de su sitio después de usarlos... ¡Pero no yo! Yo era la que dejaba el papel que cubría los regalos sobre la mesa para que otro (nunca me había parado a observar quién) los recogiera, yo era la que dejaba algunos regalos encima de la mesa mientras disfrutaba otros, yo era la que se dejaba el celo y las tijeras por ahí después de envolver los regalos... Pero ahora, después de lo de los papeles, me he subido mis regalos (sin que nadie me lo diga) a mi habitación para colocarlos y le he dicho a mi hermano que pusiera el celo en su sitio porque cuando luego va otro a echarle mano, no lo encuentra...
¿En qué me estoy convirtiendo? Estoy perdiendo mucho como joven y como persona, eh...
Y, para colmo, cuando ya me había quedao yo tranquila pensando que eso lo había hecho por... bueno, que lo había hecho porque sí (yo me convenzo muy fácilmente a mí misma de las cosas), me llama una amiga y me dice que hoy tenía que recoger ella el árbol porque si no, lo hace su padre y no le gusta cómo lo guarda y lo coloca... ¿¿Perdona?? ¿Y a ti qué más te da cómo lo coloque? Lo importante es que le caiga el muerto a otro y te libres de ser tú la que pringue... Pues no. Prefería recogerlo ella y hacerlo bien, que dejar que su padre lo hiciera a su manera (cuando antaño hubiese puesto cualquier excusa para lavarse las manos y que lo hiciera su hermano, por ejemplo...).
Así que le he comentado mi preocupación y no sólo me ha dado la razón sino que además me ha dicho que ahora, cada vez que limpia en su casa y a alguien se le cae una gotita de algo al suelo, va corriendo a recogerlo y después añade un: "¡ten cuidao, hombre! ¡¿No ves que es parqué y se estropea fácilmente!? Además, acabo de limpiar... Así que tira pa' la cocina y bébete eso sentado, no sea que te chorree algo más...".
En fin, no sé si todo eso es fruto del instinto ese maternal o qué pero recemos para que tarde mucho en llegar el día en que nos comamos el filete de ternera que peor pinta y más nervio tiene...