miércoles, 14 de mayo de 2008

All about loving you

Al igual que el concierto de Bon Jovi que tendrá lugar en Barcelona el día 1 de junio, se acercan los exámenes finales y con ellos la posibilidad de no asistir a dicho concierto (todo depende de los resultados que obtenga). Si sólo tengo dos asignaturas (matemáticas y economía), los tres exámenes me los ponen el mismo día (el viernes, 16). Sí, tres. Mate de 1º de bach., mate de 2º y economía de 2º; dos asignaturas al fin y al cabo ( da igual que una de ellas vaya dividida en dos bloques o en uno...). Según cómo me salgan, podré cumplir mi sueño de ver a Jon y a su grupo antes de que parezcan personas disecadas... Si no, me tocará esperar a que vuelvan a España (sólo Dios sabe cuándo sucederá eso (si es que Dios existe...)) y seguro que para entonces, ya pareceran personas disecadas.
Sólo me queda "rezar" para que "Dios" (yo prefiero llamarle: señores con túnicas blancas y ribetes dorados que observan desde una nube) reparta suerte porque como reparta justicia, es seguro que no iré al concierto...
Además los tengo los tres seguiditos. Aunque bueno, mirándolo por el lado bueno, esta era la semana de exámenes y a mí me han tocado todos el último día (más tiempo para tener cargo de conciencia por no estudiar) digo... más tiempo para estudiar...
Siempre pensé (con mi mente salida de una comedia-romántica), que a mi primer concierto de Bon Jovi asistiría gracias a que el amor de mi vida, que conocería mis gustos mejor que nadie (para eso es el amor de mi vida), consiguiría las mejores entradas para hacerme feliz haciéndome el regalo de mi vida, pero ahora sé (ahora que no tengo amor de mi vida y sí entradas de concierto de Bon Jovi) que no puedes dejar tu felicidad en manos de otros. Debes ser feliz con lo que consigas tú; no con lo que consigan otros para ti (sean entradas o sean... o sean... sea lo que sea.).
Si la gente que te rodea tiene la capacidad de hacerte feliz en algunas cosas, ¡genial!. Te estás rodeando de la gente más apropiada para tu bienestar pero, si no, cambia de amigos. ¡Que no, hombre! Si no, no importa porque lo que hay que hacer es ser feliz al margen de los demás. No tienes porqué esperar a que alguien haga algo para ser feliz. Intenta ser feliz por tus propios medios.
En teoría, esto; esta dosis de realidad, tendría que desmontar toda mi ideología basada en el romanticismo pero... va a ser que no. Porque, como no podía ser menos, yo, (con cara de dignidad y con el brazo alzado hacia el cielo (en forma de juramento ( como en "Lo que el viento se llevó"))), amante de la comedia-romántica y del sueño fácil, he creado una explicación para que todo tenga sentido sin renunciar a dicho idealismo... Y está claro que la explicación que tiene eso es que el amor de mi vida hará otra cosa por mí que yo nisiquiera imagino porque, es tan guay, que unas entradas de concierto para oir y ver al que es mi grupo favorito desde hace años, que además me ayudó a superar la peor época de mi vida con sus canciones (las cuales compartiría con el amor de mi vida en un concierto haciéndolas nuestras y escogiendo una de ellas para bailarla en nuestra boda), no es nada comparado con lo que me espera... Hay algo tan grande ahí, planeado para mí y para el amor de mi vida, que unas simples entradas de Bon Jovi no le llega ni a la suela del zapato. ¿El qué? Eso ya no lo sé. Podría imaginármelo de nuevo pero, me da miedo que se haga realidad sin la ayuda de nadie y las explicaciones terminen por agotarse...
Seguro que ahora los ancianos de la nube están diciendo:
  • Ja,ja,ja. Cómo lo sabe la jodía, eh...
  • Sí...
  • Menos mal que es tan bueno, tan bueno, que nisiquiera a ella se le ocurre porque si no, nos jode también esa sorpresa.
  • Es verdad.
  • Lo puede intuir de alguna manera, pero... cuando le pase, va a alucinar...

Bueno, no sé si será eso exactamente pero yo sigo teniendo fe en que algún día, encontraré a mi pareja perfecta porque para mí, en esta vida, lo más importante es el amor.

Después de ponerme tan profunda, voy a decir algo que a lo mejor se carga la emoción pero lo cierto es que yo odio los pepinillos.

Que... ¿por qué digo esto? Ahora os lo aclaro.

Pese a odiar su sabor, me encantan las aceitunas esas que van clavadas en ellos. Son las aceitunas que más me gustan pero no suelo comprarlas porque mi madre no me deja comerme las aceitunas (que es lo que hago) y volver a dejar el pepinillo en el caldito. Y no es porque sea escrupulosa, sino porque, gustándole los pepinillos, comerse las aceitunas (aunque sea con sus respectivos pepinillos) le da cargo de conciencia (ya que sabe cuánto me gustan a mí) pero, si yo me como las aceitunas, a ella le toca hincharse a pepinillos y la verdad, no le gustan tanto...

Conclusión: mi pareja perfecta; el amor de mi vida, será aquel que se coma los pepinillos porque le encantan y deje las aceitunas porque las odia. O bien (y para hacer honor a los párrafos anteriores), será aquel que, cuando le pregunte si le gustan los pepinillos (para saber si tenemos algún futuro, claro está...) me responda que no, pero que sabiendo todo esto de mí, está dispuesto a que le encanten si es necesario para poder compartir su vida conmigo.

Esa es la clase de realidad que suele superar a la ficción y la que espero tener algún día (aunque sólo sea por mi gran dedicación al amor).

Y aquí, un vídeo de Bon Jovi que me gusta mucho (aunque no sea el que más...).