lunes, 28 de enero de 2008

Los hombres de Paco

A quien le diga lo que me ha pasado hoy, no se lo cree...
Como cada mañana, me he levantado temprano para vestirme, peinarme, sacar a los perros e irme a clase. Normalmente, si me ducho por la mañana, me levanto a las 6:30h. porque a las 8:00h. tengo que salir de casa para coger un autobús público que me lleva a la parada donde me recoge la ruta escolar. Pero hoy no he madrugado tanto porque ayer quedé con mi padre en que sería él quien me llevaría esta mañana al instituto y, como me duché anoche, con levantarme a las 8:00h. para salir de casa a las 8:40h. y llegar allí a las 8:55-9:00h., tenía suficiente tiempo. El caso es que mi padre, hoy no tenía ni señalamientos, ni juicios... En resumidas cuentas, no tenía necesidad de levantarse a la 7:30 de la mañana y aún así lo ha hecho para llevarme a mí. Pues nada, a la hora establecida nos montamos en el coche y, a la hora establecida, llegamos a la zona por donde está el colegio. Y una calle antes de llegar me pregunta si vamos bien de tiempo, a lo que yo, después de mirarme el reloj, le respondo que sí (eran las 8:55h. y yo entro a las 9:00h). Total que por fin, llegamos a la puerta y vemos que no hay tránsito, movimiento... Parecía un pueblo fantasma. Sólo faltaba la típica bola de ramitas que cruza la calle por delante nuestro movida por el viento cuando, habitualmente, está todo lleno de niños, padres, alumnos mayores, rutas escolares, gente que para en medio de la carretera para que sus hijos se bajen en la misma puerta... Y hoy, nadie; no había nadie. Estaba desértico. Extrañados, nos miramos los relojes. Vemos que llevamos la misma hora... ¿Pues qué coño pasa hoy? Esto no es normal, decimos. ¿Llegarás tarde, María? (me pregunta)... No, papá (le contesto) vamos muy bien. Y, aunque llegásemos tarde, la gente no se va de aquí tan rápido. Ésto hasta las 9:15-9:30h no se descongestiona... Avanzamos con el coche. Vemos la puerta del colegio cerrada. Seguimos avanzando; la otra también... Papá, ¿no será fiesta? Y, efectivamente, hoy no había colegio...
He madrugado y he hecho madrugar a mi padre para nada...
Luego encima me dirán los profesores que falto mucho... ¡¡¡¡¡Pero si vengo hasta los días de fiesta!!!!! Hay que ver. Es lo que tiene ser despistada... Los días no lectivos vienen en la agenda pero como yo sólo tengo dos asignaturas, pues no la utilizo; no me hace falta... Así que claro, yo no tenía ni idea... El caso es que oí que mis compañeros hablaban de un puente pero yo no me podía imaginar que fuese tan pronto. Lo que más me jode de todo es que una vez que he madrugado, ya me daba igual tener clase que no. No me ha hecho ninguna ilusión descubrir que era fiesta porque total, para 50 min. que tengo yo de clase (que hoy sólo tenía mate) y me ha tocado madrugar y hacerlo todo como si fuese un día normal... No quiero ni imaginarme qué hubiese pasado si me quedo en la prada del autobús esperando a la ruta... Me puedo morir ahí. Eso o me creo que ya ha pasado y se ha ido sin mí o, o, o, qué sé yo... Hombre, si tuviese todo un día de clase sí que me habría alegrado pero lo de hoy, lejos de resultarme una grata sorpresa, me ha jodido un huevo. De haberlo sabido, el viernes hubiese sido la tía más feliz del mundo pensando que este finde sería más largo pero ahora, ahora estoy fatal porque voy a tener dos domingos. El de ayer, (pensando que hoy había clase) y el de hoy, sabiendo que mañana hay clase... Podría haberme acostado tarde, haber salido... Mira, no quiero ni pensarlo... Ayer podría haber tenido sensación de sábado y haber dejado la de depresión posvacacional típica de los domingos para hoy... Pero no, la tendré que soportar dos veces... Eso me pasa por tonta. En fin, a ver qué más se me ocurre hacer hoy para meter la pata un poco más...