jueves, 7 de enero de 2010

Aviso para navegantes

Hoy es uno de esos días en los que presientes que no va a ser un buen día.

¿Que a qué se debe?

Bueno, puede que tal vez maybe quizás, no haber dormido ni tres horas porque me acosté a las tres y mi perrita (de los cojones) a las cinco me estaba dando la lata para salir a cagar teniendo que levantarme a las nueve haya tenido algo que ver... O posiblemente haya sido LA SEGUNDA vez que me despertó para lo mismo (en esta ocasión a las siete) pero no estoy segura. Una vez me ha interrumpido así el sueño, no lo he vuelto a conciliar ninguna de las dos veces (a excepción del ratico aquel en el que logré por fin quedarme traspuesta y, estando en lo mejor, sonó el despertador, claro... ).

Pero también puede que no. Puede que sólo sea por los diez minutos que he estado para meterme una maldita lentilla en el ojo.

O puede que sea porque, cuando me maquillaba, me he metido todo el cepillo del rimel en el ojo manchando la lentilla de forma permanente mientras me jode sobremanera cada vez que parpadeo.

O, ¡llamadme loca!, pero a lo mejor también ha influído que el asqueroso que reparte el correo (que siempre trae multas, el condenao) haya apretado el timbre de tal forma que éste se ha quedado enganchado y ha estado sonando quince minutos sin que hubiera Dios que lo arreglara. Recién levantada ¡y con el timbrecito atascao! Yo no sé cómo no se ha quedao pegao el hombre... ¡Por lo menos nos habríamos reido un rato!

Así que he apagado los plomos generales para que dejara de darme la brasa y evitar de paso que se quemara el circuito (yo no entiendo de circuitos pero siempre hay algún cabrón que se quema y nos jode la instalación).

Por no mencionar que, sin luz, no hay secador y/o plancha y tengo que salir a la calle con el pelo mojado, ni liso, ni rizado y con un frío que pela.

Y claro, si tu amiga se retrasa y decides escribir una entrada para desahogarte porque te ha sobrado tiempo después de no tener que esmerarte con el peinado, ¡jódete! porque, sin luz, ¡no hay internet!

Baja al salón, conéctate al del vecino, recuérdalo todo de nuevo y después piensa: no seas así porque, si se te mete en la cabeza, terminarás teniendo un mal día provocado por ti y tu irritabilidad... Pero yo siempre he dicho que eso es una gilipollez porque hay cosas que se escapan de nuestro alcance y que no podemos controlar (véase el ejemplo de la perrita o del asqueroso del carrito de Correos) por lo que, a veces, presientes que vas a tener un mal día y además te das cuenta de que no vas a poder hacer nada por evitarlo. :)