jueves, 27 de noviembre de 2008

Manías casicasiLógicas...

A ver, ¿por dónde empiezo? En cuanto al comentario de la Coca-cola...
...Es totalmente cierto y no había caído yo en eso. Habitualmente como con Coca-cola y me la sirvo en un vaso de esos de medio litro con hielos. Y claro, he de vaciar en su interior hasta la última gota de la lata porque si no, cuando vas a rellenar de nuevo el vaso, los hielos se han deshecho prácticamente todos con la primera partición y no enfrían la segunda lo suficiente.
Por otro lado, como la cantidad de líquido siempre es la misma, psicológicamente la raciono para que me dure toda la comida y, si alguien me quita un sorbo cuando ya estoy a mitad, me descoloca y descuadra lo que había calculado, por lo que las consecuencias son sensaciones tan terribles como la sequedad, la insatisfacción y la necesidad de beber un último sorbito para saciar mi sed... Y ahí es donde entra el problema: ¡no puedo abrir otra lata para un traguito de nada! Es una cuestión de autocontrol y racionalidad... ¡Por Dios! He de demostrarme a mí misma que no necesito de un culín de Coca-cola para sentirme mejor (aunque la realidad sea otra bien distinta...). Así que la solución es que nadie beba de mi vaso después de que yo haya empezado a comer. Si alguien quiere un poquito, debe hacerlo antes, antes de que la cuenta atrás haya comenzado y nunca, bajo ningún concepto, puede beber hasta que le lloren los ojos por la fuerza de las burbujas o se le queden rojos porque eso implicaría que ha bebido más de lo que su capacidad le permite y se convierte, por tanto, en una nítida y clara prueba de que lo único que pretende es joderme... (Perdón, es que sólo con pensarlo, me entra la ansiedad...).