domingo, 20 de enero de 2008

Norte y Sur

A lo largo de mi vida, una de las cosas que he aprendido es que nadie puede ser amig@ de alguien que no es amig@ suyo. Además del sexo, ésa es la diferencia entre la amistad y el amor (el amor de pareja, claro...). Tú sí puedes estar enamorado de alguien que no está enamorado de ti pero nunca serás amigo de alguien que no quiere ser amigo tuyo...
Pese a considerarme una persona bastante intuitiva, cuando dejo que alguien se acerque lo suficiente, pierdo la perspectiva y la objetividad, lo que me hace vulnerable frente a esa persona e impide que mi intuición haga su tabajo. Soy intuitiva, no adivina... Además, mi problema es que soy una persona demasiado transparente y sensible. Me doy a la gente sin apenas conocerla y eso, a veces y con algunas personas está bien porque has tenido suerte pero con otras, es un error... Lo ideal sería aprender con quién se puede ser así y con quien no; trazar una línea y elegir a las personas que quiero que la crucen y a las que no. Si supiera hacer eso, seguramente no sufriría tanto por personas que, ni se merecen ese sufrimiento, ni tienen la obligación de hacer lo mismo por mí.
Lo más importante de todo es que, una vez averiguas dónde está el problema, encuentres una solución y la mía es dejar que las personas tengan la oportunidad de demostrar que te quieren o que les importas. No puedes estar detrás de alguien todo el tiempo. Yo también necesito que la gente que me rodea me demuestre qué significo para ella y la solución es, entre otras cosas, la paciencia. Hay que esperar a que, quien te quiera en su vida, te demuestre que le haces falta y, porqué no, que te eche de menos... Porque si siempre eres tú quien llama, quien se preocupa; no permites ni que se preocupen por ti, ni que se den cuenta de hasta que punto necesitan de tu compañía. Así es como se descubre quién es amig@ tuyo y quien no. Y, cuando se descubre, hay que asumir el resultado sea cual sea sin decepcionarse, simplemente apreciando a todos aquellos que han decidido ver la línea con la misma perspectiva y desde el mismo lado que la ves tú...
Gracias sobre todo a Laura, Aída y Montaña.