lunes, 20 de octubre de 2008

Cueste lo que cueste

Hoy, después de mucho tiempo, he vuelto a sentirme María... Por fin me ha sucedido algo que me ha recordado quién soy. Seguramente, cuando acabe de contar la historia no lleguéis a entender porqué estoy tan orgullosa de volver a ser yo pero la verdad es que me echaba de menos; a mí y a mis despistes, esos que tanto me ayudan y me inspiran para escribir...
Como cada tarde, he ido al instituto a dar mis clases de matemáticas. He salido de casa a las 18:40 porque, en teoría, tenía clase a las 19:10. Me he montado en el bus y lo he hecho con estilo pese a llevar, por primera vez en la historia de mi vida escolar (y es mucha), tacones. Bueno, no eran tacones propiamente dicho... Eran unos zapatos altos de cuña. Tal vez a los chicos os cueste imaginároslos pero, no puedo ser más descriptiva. ¡Bueno, sí! Eran marrones...
El caso es que los zapatos de tacón me encantan pero soy demasiado comodona para llevarlos y, cuando tengo que ponérmelos, a los dos minutos estoy andando descalza esté donde esté. Por eso he tomado la firme determinación de llevarlos cada día un poquito; para acostumbrarme. Al fin y al cabo, lo que ando de la parada del bus hasta el instituto no es mucho... Y luego paso la mayor parte del tiempo sentada en una silla... Consideré (tras pensármelo mucho (yo pienso en muchas cosas inútiles)) que sería lo mejor.
En el camino me encontré a una compañera. ¡No! (pensé al principio). ¡Ella es alta! Cuando bajemos del autobús seguro que anda deprisa y yo; yo, (la mujer bajita que normalmente va a paso de tortuga y que hoy especialmente irá así), no podré ir a su ritmo... Pero por fortuna, caminaba despacito. ¡Bien! ¡Como yo! Ahora sólo tenía que mantener una conversación coherente mientras iba mirando al suelo (sin que resultara muy descarado) para ir evitando las juntas de las losas y, con ellas, una posible torcedura de tobillo... He de añadir que, para colmo, eran de esas losas que tienen... pequeños y múltiples rectangulitos sobresaliendo constantemente (por lo que las posibilidades de que me la pegara aumentaban considerablemente...) ¿Por qué no harán las aceras del mismo material que el carril para bicis? Lisito, planito, homogéneo... ¿¡Es que no saben que las mujeres llevamos tacones de vez en cuando!? ¡Por el amor de Dios!
En fin, después de todo me concentré, mantuve una conversación de lo más agradable y además salí ilesa (prácticamente nadie notó mis vaivenes cada vez que pisaba con la fina cuña entre la parte más alta y la más baja de la losa)...
De 20:00 a 20:15 es el recreo/descanso así que quedé con esta chica que iría con ella y su grupo al parque después de la clase de las 19:10 y, allí, haríamos tiempo para la clase de las 21:05 (ninguno de nosotros teníamos clase en la hora que pilla en medio...). A decir verdad, me resultó curioso y extraño no haber coincidido con ellos ningún otro martes... Aunque no vayamos a la misma clase, si hoy hemos ido juntas en el autobús, ¿por qué no las semanas anteriores? Quizás cuando la una fue, la otra faltó... (y, cuando digo "la otra faltó", aunque lo digo como si las probabilidades estuviesen repartidas entre las dos a un 50%, estoy básicamente hablando de mí)... Tal vez las primeras semanas no me fijé en ella; la he conocido hace poco... No sé, pensé. A lo mejor ella tiene coche y pocas veces coge el tranporte público... Había tantas explicaciones posibles que lo dejé todo en un... no sé.
Por fin llegó la hora y cada una nos fuimos a nuestras respectivas jaulas, digo... aulas. Entro en ella, digo hola a todos los que llevaban allí toda la tarde y me dirijo a mi sitio. Acto seguido, ya enfrente de mi mesa, dejo sobre ella mi libro de lectura, mi cuaderno de matemáticas, mi botella de agua y pongo mi bolso en el radiador; justo a mi lado. (Dicho esto, me pregunto para qué narices llevo un bolso...). Me siento. Saco mi boli (eso sí, del bolso) y veo entrar a un profesor que, sin duda, no era el de matemáticas... ¡Oh! ¡No! Ha faltado y este señor viene a sustituirle... Pero, ¿de qué da clase este hombre? y, ¿por qué lleva en la mano un tubo enorme del que está sacando mapas geográficos? Miro el libro que lleva bajo el brazo y veo que también es de geografía y para el curso de segundo de bachillerato. Entonces, ato cabos rápidamente (yo veo una colilla y pienso... aquí han fumado, ¿sabéis? Yo para eso... soy muy rápida). Me doy la vuelta y le pregunto a la chica de atrás: ¿es que os toca geografía? Sí, me responde. Me pongo en pie, cojo el bolso, guardo el boli, cojo el cuaderno de mate y el libro de lectura. Meto la silla con el pie rápidamente bajo la mesa para dejarla en su sitio y me voy mientras añado: ¡perdón! Me he equivocado de clase...
Salgo corriendo (con mis zapatitos) y, mientras me dirijo al aula en la que imparten las matemáticas de 1º.; en la otra punta del instituto, voy pensando: ¡joder, María! Has mirado mal el horario. Primero te tocan las de 1º. y, a las 21:05, las de 2º. ... Vale, no pasa nada. Tranquila. Ve para allá y ya está. Llego al aula 115; donde me correspondía. No hay nadie. ¿Llegan tarde? Pero si ya llego tarde yo... Saco el horario, lo miro y ¡efectivamente! ¡Hoy martes me toca a las 19:10 mate de 2º.! ¿Pero qué coño está...? ¡María! Hoy ponen C.S.I., ¿recuerdas? ¡Es lunes! Con las mismas, me encierro en la clase, suelto los bártulos y empiezo a gritar hacia dentro (lo que implica poner cara de pirada mientras te tiras de los pelos). Los lunes tengo clase de mate de 1º. a las 18:20 y mate de 2º. a las 20:15... Conclusión: he faltado a una de las clases y para la otra me toca esperar una hora de reloj...
Más tranquila salí del aula y asumí que ahí estaba yo. Me quedé embobada mirando un plano plastificado del instituto que había colgado en la pared del pasillo. En él aparecía un círculo rojo y, junto a él, una frase que decía: usted está aquí. Es irónico, ¿verdad? Ahí estaba yo... Ya podía ser el mapa del parque que hay al lado de mi casa. Yo sería un círculo rojo y feliz que estaría acompañado de otros tres círculos más que serían mis perros... O el plano de mi desastrosa habitación. Aparecería un círculo rojo en compañía de otros dos que serían mis amigas Barbra y Celine. Si hubiera visto bien mi horario, podría estar ocupando mi tiempo cantando con ellas en un... trieto la maravillosísima "Tell Him"...

6 comentarios:

Eva B. dijo...

02:04am

Loca, ¿qué haces?

Mery... christmas dijo...

¡Loca! ¡Pos llamarte! ¿¿Es que estabas durmiendo?? Bueno, te beso en... ¡una rodilla!

Anónimo dijo...

Pero no te pasó lo mismo la semana pasada y la anterior con matemáticas y el horario?

Creo que el subconsciente te está traicionando.

Laura

Mery... christmas dijo...

¿Laua? ¿Eres tú? Mi prima; sangre de mi sangre (ya sabemos todos que es una forma de hablar...). ¿¿Sabes que esto lo lee mi padre??
Además, lo único que me pasó fue que, los viernes tengo clase de
2º. de18:20a19:10, una hora libre (50min.) y, después del recreo (en teoría a las 20:15), mate de 1º., por lo que estuve leyendo en un banco del instituto para hacer tiempo y que se hiciese la hora pero, cuando subo al aula a las 20:15, están todos sentados, apuntando y pizarra y media llena de numeritos... ¿Qué está pasando? (pensé). Si llego bien... No es posible que les haya dado tiempo a escribir tanto cuando, además, la clase empieza ahora....
Los viernes, rezurta de que... no hay recreo. El caso es que yo veía mucho movimiento de estudiantes y hormonas llendo a sus clases y demás pero yo, ¡yo seguí sentadica en mi banco! Hasta las ocho y cuarto nada... (pensé de nuevo). Luego... si las clases los viernes empiezan a las 20:00, estuve 15min. haciendo un tiempo que no tenía que estar haciendo porque, mientras yo leía en el banquito y pasaba frío, los demás estaban dando su/mi clase. Eso sin añadir que ya llevaba otros 50 min. en el mismo banco...
Pero nada más...
¿OK? Hermosa... Pues ya lo sabes. Y tú también, papa.

Anónimo dijo...

Hola María...y tito:

Siento mucho si he causado algún momento de tensión; sin duda, lo ocurrido ha sido consecuencia de momentos de enajenación transitoria.

Doy por hecho que María, mi prima con sangre de la sangre de mi marido, cumple con estricto mimo y cuidado sus horarios.

Besos...a los dos?

Eva B. dijo...

María, una respuesta hacia tu prima tan larga como un día sin pan, y con tantas explicaciones solo puede ser una cosa: ¡una excusa!, un "es que" cualquiera. Y recuerden, niños, "es que" solo se utiliza para esqueleto y esquema


pero, ¡quién te va a creer después de saber que lo lee tu padre!... (Hola Joaquín)

palabra a transcribir: tpufwme (¿por qué pone un símbolo de persona con discapacidad al lado de la palabra a transcribir?)